jueves, 25 de abril de 2013

Disney Studios – Marne-la-Vallée, Francia

Después de varios intentos frustrados por despertarnos temprano, logramos dejar el apartamento a las 10 de la mañana.

La frase “Déjà vu” cobra vida a medida que vamos llegando a destino: hoy nos toca Disney Studios.

Para nosotros es lo más normal del mundo dedicar 2 días a parques temáticos, pero para los abuelos puede resultar un tanto extraño estar volviendo a este lugar. Llegamos tarde, son las 11:30, pero como este parque es más chico no vamos a tener problemas.
Stage 1
El Rayo
Para ir entrando en calor primero vemos el “Lights, Motors, Action! Extreme Stunt Show”. Aquí nos develan algunos secretos de las persecuciones de autos y motos de las películas, en vivo y en directo.

Para deleite de grandes y chicos, hay una participación especial de Lightning McQueen, quien recibe órdenes de su amigo Mate desde una pantalla gigante, mientras va tras los pasos de uno de los malos.

Supongo que algún millonario debe tener al Rayo dentro de sus autos de colección… es que este autito en tamaño real es una divinura: desde las llantas hasta los ojitos.

A lo lejos se pueden escuchar los gritos de la “Hollywood Tower” o como le decimos nosotros, “La Torre del Terror”. Y hacia allá vamos… la idea de subirnos a un ascensor que se desploma es bastante inquietante, pero nos dirigimos felices de la vida hacia la “Twilight Zone”.

Lo divertido de este juego es que todas las veces es diferente, por tanto no se puede dar nada por seguro. De repente uno está esperando que el ascensor baje en caída libre, pero en cambio sube a toda velocidad para mostrarnos una vista vertiginosa del parque, para luego sí caer varios pisos o viceversa. Y eso es lo que lo hace sumamente divertido: la incertidumbre de lo que vendrá.

Muertos de risa y con ganas de subirnos a algo igual o peor es que seguimos con la montaña rusa de Aerosmith. Salimos despedidos a toda velocidad dando giros de 360 grados y con “Dude (Looks like a lady)” sonando de música de fondo. Esta montaña rusa me encanta… creo que si en lugar de Aerosmith fuera de Green Day sería mi favorita.

Tanque de agua con orejitas!
Paramos un ratito para almorzar y hacemos un par de atracciones tranqui: “Cinemagique” (un cortometraje que mezcla acción, humor y amor a la mejor manera de Disney) y vemos pasar el parade de “Cars & Stars” (donde van todos los personajes de Disney en autos muy coquetos y adornados para la ocasión).

A continuación nos embarcamos en la difícil tarea de salvar al mundo en “Armageddon” tratando de destruir el meteorito que hará estragos en el planeta. Y ya con la comida por los pies, repetimos el ascensor y la de Aerosmith.
Otra vez en Disneyland!
Antes de decirle adiós a los Studios nos metemos en el mundo de Toy Story y subimos al “Bólido de Andy”. Visto desde afuera no dice mucho: es como si estuviéramos en una pista de Hot Wheels y el carrito fuera el autito.

Pero la gracia es que simula la trayectoria que hacen los niños cuando juegan: vamos subiendo la rampa y bajando de espaldas en un movimiento de péndulo cual si fuera el barco Vikingo.

Este parque cierra más temprano, pero como la entrada permite cambiarnos al otro, no lo pensamos dos veces: cuando queremos acordar estamos nuevamente en Disneyland subidos al Trencito Minero y a la de Indiana Jones.
Ahora sí, totalmente satisfechos luego de dos días de emociones y adrenalina es tiempo de hacer algunas compras.

Hay una realidad: lo que se quiera comprar aquí es carísimo. Pero lo que también es cierto es que es precioso y dan ganas de traerse todo.

Tengo como encargo comprarle algo a Rodri mi sobrinito, así que me focalizo en eso… igual termino con llaveritos, moneditas de chocolate y otras chucherías… ¡es prácticamente inevitable!
Juli... se mira y no se toca ehhh
La hora se va pasando y ya son las 20:30, por lo que evaluamos quedarnos otra vez a los fuegos artificiales. Es increíble pensar que todos los días hacen ese espectáculo. Ni quiero saber lo que debe salir… es como si hicieran una “Noche de las Luces” a diario.

Hay opiniones encontradas de si quedarnos o no y finalmente decidimos regresar. Esta vez sabemos dónde tomarnos el tren, así que volvemos sin problemas.

Nos despedimos entonces de Disney felices y agradecidos de haber tenido estas “vacaciones” dentro de las vacaciones; y ya pensamos en palacios, reyes y reinas… Versalles nos espera.

No hay comentarios:

Publicar un comentario