Por un instante se me viene la imagen de mis padres recorriendo exactamente los lugares que en este momento estoy pisando y esbozo una sonrisa. Pienso en Papi revisando el piso, levantando y pelando un piñón, mientras Mami le pregunta medio preocupada... ¿estás seguro que eso se come no?. Es que una de las características de mi padre es tomar cualquier fruto que vea en un árbol y comerlo sin siquiera lavarlo.
Continuamos el paseo adentrándonos en el Foro Romano. El acceso es muy relajante: un sendero con árboles donde podemos escuchar a los pajaritos cantando, el cual desemboca en el Arco de Tito.
Una vez allí se suceden los monumentos, templos, basílicas y estatuas... aquí se desarrollaba la vida de la antigua ciudad de Roma (comercio, religión, administración de justicia).
Vemos el Templo de Vesta, donde durante siglos perduró una llama eterna. Los romanos pensaban que el fuego encendido estaba fuertemente vinculado con la suerte de la ciudad, por lo que si se apagaba era señal de desgracia. Las encargadas de mantener la llama prendida se llamaban vestales: debían ser vírgenes y dedicar su vida al cuidado del templo. Si el fuego se apagaba, eran castigadas con pena de muerte... en aquellas épocas no andaban con vueltas. | |
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Arco de Tito |
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Foro Romano |
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